domingo, 21 de enero de 2018

"Continúe con su gloriosa guerra de liberación”. El intercambio de telegramas entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949



La Red de Blogs Comunistas (RBC) ha traducido, por su excepcional importancia histórica y política, la correspondencia telegráfica entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949 (precedida de un escrito de C.L. Tikhvinsky), a partir de la versión publicada por la revista Revolutionary Democracy de Delhi, India, por cortesía de la revista “Novaya i NoveishayaIstoriya”, n. 4-5, 1994, pp. 132-40 (que analizara los documentos del Archivo Presidencial de la Federación Rusa). Los textos en lengua rusa fueron traducidos al inglés por Satyabhan Singh y Tahir Asghar; la traducción del inglés al italiano es de parte de la revista Teoría y Praxis, de la que la Red de Blogs Comunistasha traducido el texto al castellano. 

De la correspondencia Stalin-Mao se concluye con claridad que la URSS de Stalin apoyaba decididamente, todavía en esos años, la revolución y las luchas antiimperialistas en todo el mundo; ello desmiente las habituales acusaciones, lanzadas contra Stalin por los trotskistas revisionistas y burgueses, según las cuales este miraba con desinterés el desarrollo de los  procesos revolucionarios internacionales por interés nacionalista o porque pretendía “repartirse el mundo” en acuerdo con las potencias imperialistas. A pesar de las fundadas reservas que tenían acerca de la realidad interna del Partido Comunista Chino, Stalin – que distinguía con gran lucidez las etapas del proceso revolucionario – sí que tenía bien claro, en aquella época, que en China el objetivo principal era la formación de un gobierno revolucionario antiimperialista y el desarrollo de un régimen de “democracia popular” que asumiera los trabajos de la lucha anti feudal y antiimperialista y preparase la transición a la sociedad socialista.


En 1949 la situación había sufrido cambios radicales: el Ejército Popular de Liberación había adquirido la superioridad numérica sobre el ejercito del Kuomintang, el ritmo de avance de las fuerzas populares iba más rápido, el régimen interno del Kuomintang estaba en pleno desfallecimiento; además, la intromisión de las potencias imperialistas, y en primer lugar de los Estados Unidos, a través de las fraudulentas “propuestas de paz” de Chiang Kai-shek acordadas con los americanos, ponían no solo en peligro la victoria del ELP y del PCCh, sino también preparaban el inicio de una intervención militar de las potencias occidentales a China, que en aquel momento no estaba todavía descartada. Un eventual éxito del imperialismo en el inmenso “continente” chino habría significado el cerco del naciente campo socialista (y, en la amplia visión internacionalista, Stalin se daba cuenta también de esto).

Era, por tanto, necesario hacer fallar la tentativa reaccionaria con una táctica que la correspondencia que publicamos ilustra de modo claro. Al final, después de algunas iniciales incertidumbres y reservas, Mao Tse-tung acepta la táctica sugerida por Stalin, que indicaba sin vacilaciones el objetivo a llevar a cabo: “Continúe su gloriosa guerra de liberación”.

Que el camarada Stalin tuviera razón, y que la revolución china debiera pasar por la etapa democrática de la guerra de liberación nacional antiimperialista es historia. La perspectiva estratégica de Mao Tse-tung, en aquella etapa, era la misma. En noviembre de 1948 había escrito: “El trabajo del Partido Comunista Chino es el de unir las fuerzas revolucionarias de todo el país, cazar las fuerzas agresivas del imperialismo americano, derribar el dominio reaccionario del Kuomintang y fundar una república popular, democrática y unificada ¡Fuerzas revolucionarias de todo el mundo, únanse para combatir la agresión imperialista!”, (en “Por una paz estable, por una democracia popular”, n. 21, 1948).

***

"Continúe con su gloriosa guerra de liberación”. El intercambio de telegramas entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949, por  C.J. Tikhvinsky.

Después de la capitulación japonesa en 1945, se delineó la posibilidad de alcanzar la unificación de China por medios pacíficos. El 10 de octubre de 1945, en el curso de las conversaciones de Chungking, fueron firmados una serie de acuerdos entre los delegados del Kuomintang y los del Partido Comunista Chino. Estos acuerdos preveían el cese de las hostilidades militares entre las fuerzas armadas del Kuomintang y las del PCCh, la legalización de la actividad del PCCh y el reconocimiento de sus fuerzas armadas como parte integrante del ejército chino.

Resultado de imagen de mao y stalinFue convocada una Conferencia Política Consultiva en donde participaron todos los partidos políticos chinos. Pero las decisiones de la Conferencia Política Consultiva, entre las cuales Chiang Kai-shek había prometido poner fin al régimen de partido único del Kuomintang, cesar la persecución de los elementos democráticos y convocar una Asamblea Nacional democráticamente electa, no fueron cumplidas.

En el verano de 1946, el Kuomintang, apoyado por los Estados Unidos de América, que querían hacer desembarcar sus tropas en China, proporcionó al gobierno de Nanjing enormes cantidades de armas, aviones y naves y gran cantidad de alimentos y de medios financieros, recomenzando la guerra civil contra el Partido Comunista Chino. Las tropas del PCCh debieron abandonar los territorios del Norte y del Noroeste que se encontraban bajo su control. Pero el creciente descontento por la política opresiva al pueblo chino por parte del Kuomintang, la presencia de las tropas americanas en el país, el gran deterioro de las condiciones económicas, la tiranía de las bandas criminales del Kuomintang, las tácticas defensivas y las acciones de guerrillas conducidas victoriosamente por el Ejército Popular de Liberación crearon, por fin en 1947, una situación en la cual el Kuomintang, que había llevado contra el EPL un ejército de tres millones de hombres, sufrió la pérdida de más de una tercio de sus tropas.

Entre el verano y el otoño de 1948 las tropas del EPL infligieron una serie de duras derrotas a las fuerzas del gobierno de Nanjing. De septiembre a noviembre de 1948, se llevaron a cabo una de las tres más grandes operaciones militares del EPL contra las tropas de Chiang Kai-shek, la batalla de Laoshen, en el curso de la cual fue liberado el interior de la China nororiental. En aquel periodo, un gran número de soldados, oficiales y generales del ejército gubernamental pasaron voluntariamente a formar parte del Ejército Popular de Liberación. En el mes de noviembre,se inició la operación de Huai He, en la cual el Kuomintang perdió más de 555.000 hombres; en diciembre, la última de las operaciones – la de Bingquing – llevó a la liberación de toda la China septentrional.

Ante las severas batallas militares y el hecho de que la ciudad de Nanjing y de Shanghái se encontraran directamente amenazadas después de la llegada del Ejército Popular de Liberación a la ribera septentrional del Yangtzé, Chiang Kai-shek - en el discurso de Año Nuevo, pronunciado el primero de enero de 1949 – propuso la tregua al comando general del EPL, en el intento de obtener un periodo de respiro para reforzar sus defensas.

El Kuomintang trató de “internacionalizar” su “ofensiva de paz”. El Ministerio de Exteriores del gobierno de Nanjing se dirigió a los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y de la Unión Soviética, pidiéndoles que hicieran de mediadores para una solución pacífica entre el Kuomintang y el Partido Comunista Chino.

La situación internacional en 1948 era muy tensa. En las cuestión de Berlín, las relaciones entre la URSS y USA (apoyados, estos últimos, por Inglaterra y Francia se habían deteriorado (“Crisis de Berlín”).

A partir de finales de 1945, en los Estados Unidos se fueron tomando en consideración algunos planes para atacar a la Unión Soviética con el empleo de bombas atómicas, de la cual los Estados Unidos eran entonces los únicos poseedores. Según uno de estos planes, que tenía como nombre en código “DropShot”, EEUU pensaba utilizar las fuerzas del Kuomintang y de otros regímenes reaccionarios del Extremo Oriente, a los cuales habría proporcionado el apoyo de la aviación y de la marina americana de las bases norteamericanas en territorio japonés y de otras bases militares “de fuera de la China continental”.

En esta compleja situación internacional, el gobierno soviético, temiendo el peligro de interferencia militar de EEUU en la guerra civil en China, decide discutir con Mao Tse-tung la posición que, según los dirigentes soviéticos, era necesario asumir respecto a la propuesta del gobierno de Nanjing que solicitaba la mediación de cuatro Estados para cesar las hostilidades militares entre las tropas del Kuomintang y el Ejército Popular de Liberación Chino. Los documentos del Kuomintang extraídos del Archivo Presidencial de la Federación Rusa refutan claramente las fantasías sobre “indiferencia y escepticismo de la dirigencia soviética respecto del PCCh”, y la versión según la cual la Unión Soviética habría sido contraria al cruce del Yangtzé por parte del EPL y a la liberación del interior de China de la dictadura del Kuomintang.



nº1.Telegrama del 10 de enero de 1949, de J.V. Stalin a Mao Tse-tung

Camarada Mao Tse-tung,

El 9 de enero hemos recibido una nota del gobierno de Nanjing que contiene una propuesta al gobierno soviético para ser mediador entre el gobierno de Nanjing y el Partido Comunista Chino en la cuestión del cese de hostilidades y para alcanzar la paz. Al mismo tiempo, una análoga propuesta fue enviada a los gobiernos de los Estados Unidos, de Inglaterra y de Francia. El gobierno de Nanjing no ha recibido todavía respuesta de estos gobiernos. Tampoco el gobierno soviético hasta la fecha ha respondido. En cada caso, es obvio que las propuestas del gobierno (de Nanjing) fueron dictadas por los americanos. Estas propuestas pretenden hacer parecer al gobierno de Nanjing como partidario del fin de la guerra y de la llegada de la paz, y a acusar al Partido Comunista Chino como partidario de la guerra y de rechazar iniciar las negociaciones de paz con los miembros de Nanjing. 

Estamos pensando responder de este modo: el gobierno soviético siempre ha estado, y así 
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continúa,favorable al cese de la guerra y ala firma de una paz en China. Pero, antes de servir como mediadora, quiere saber si la otra parte – el Partido Comunista Chino – está de acuerdo en aceptar la mediación de la URSS. En vista de esto, la URSS desearía que la otra parte – el Partido Comunista Chino – acepte la iniciativa de paz al gobierno chino y esté de acuerdo con la mediación de la URSS. Pensamos responder así, y les pedimos que nos hagan saber si están de acuerdo.

Si no están de acuerdo, les sugerimos que nos den una respuesta.

Igualmente, nosotros pensamos que su respuesta nos será enviada, también debemos tener presente lo siguiente.

El Partido Comunista siempre ha estado a favor de la paz en China, porque la guerra civil en China no fue iniciada por el Partido Comunista, pero el gobierno de Nanjing debe ser considerado responsable de las consecuencias de la guerra. El Partido Comunista Chino está esperando a comenzar las negociaciones con el Kuomintang, pero sin la participación de aquellos criminales de guerra que han provocado la guerra civil en China. El PCCh es favorable a las negociaciones directas con el Kuomintang sin mediadores extranjeros. En particular, por cuanto se refiere a la mediación, el PCCh considera que las potencias extranjeras que han participado en la guerra civil usando la aviación y la marina contra el Ejército Popular de Liberación chino no pueden ser considerados neutrales ni objetivos en el esfuerzo de poner fin a la guerra en China.

Pensamos que esta debe ser su justa respuesta. Si no están de acuerdo, háganos saber su opinión.

Por cuanto se refiere a su visita a Moscú, opinamos – dadas las circunstancias antes mencionadas – que ustedes deberían, por desgracia, aplazar por algún tiempo su partida, ya que en tales circunstancias su visita a Moscú sería utilizada por los enemigos para desacreditar el PCCh, presentándolo como una fuerza que apoya y depende de Moscú. Todo ello, naturalmente, es desfavorable para el PCCh y también para la URSS. 

En espera de su pronta respuesta. Fillipov.


nº2. Continuación y final del anterior telegrama de J.V. Stalin a Mao Tse-tung, de 11 de enero de 1949

Como es evidente por cuanto se ha dicho anteriormente, en nuestra sugerencia de respuesta a la propuesta del Kuomintang , es importante decir que el Kuomintang quiere el fracaso de las negociaciones de paz. Está claro que el Kuomintang no optará por las negociaciones de paz sin la mediación de las potencias extranjeras y, en modo específico, sin la mediación de los Estados Unidos de América. Es igualmente claro que el Kuomintang no querrá conducir las negociaciones de paz sin la participación de Chiang Kai-Shek y de los otros criminales de guerra. 

Así que nosotros calculamos que el Kuomintang va a rechazar las negociaciones de paz y las condiciones puestas por el PCCh. Como consecuencia el PCCh estará dispuesto a entablar las negociaciones de paz, y no se le podrá entonces reprochar el haber contribuido a la continuación de la guerra civil. El Kuomintang será visto como el culpable de haber hecho fallar las negociaciones de paz. Así la maniobra pacifista del Kuomintang y de los EEUU fallará y usted podrá continuar su gloriosa guerra de liberación.

En espera de su respuesta. Fillipov


nº3.Telegrama de Mao Tse-tung a J.V. Stalin, 13 de enero de 1949


Camarada Fillipov,

He recibido su telegrama del pasado 10 de enero.

1. Nosotros consideramos que, en relación a la nota del gobierno de Nanjing que contiene la propuesta de que la URSS medie para intentar poner fin a la guerra civil en China, el gobierno de la URSS debe responder en el modo siguiente:

El gobierno de la URSS siempre ha deseado, y continúa deseando, una China democrática y pacífica. Sin embargo, en qué modo deben intentar conseguir la paz, la democracia, la humanización de China es algo que compete exclusivamente al pueblo chino. El gobierno de la URSS basándose en el principio de no interferencia en los asuntos internos de los demás países, considera inaceptable su participación en la mediación entre las dos partes de la guerra civil en China. 
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2. Nosotros consideramos que Inglaterra y Francia, y en modo particular EE.UU., están extremadamente deseosos de participar en la mediación para poder poner fin a la guerra civil en China y conseguir, de tal modo, sus objetivos: la restauración del poder del Kuomintang; pero los gobiernos de estos estados y, en particular, el gobierno de EE.UU., han perdido autoridad ante el pueblo chino. Más allá de esto, las victorias del EPL en todo el país y la pérdida del poder por parte del Kuomintang se han convertido en evidencias a los ojos de todos.

No está claro si ellos quieren continuar sosteniendo el gobierno de Nanjing y continuar, entonces atacando al EPL.

Solo la URSS goza de una altísima autoridad entre el pueblo chino; si, por tanto, de acuerdo a la nota del gobierno de Nanjing, la URSS asumiera la posición delineada en su telegrama del 10 de enero de 1949, entonces EEUU., Inglaterra y Francia llegarán a la conclusión de que su participación es obligada, y sin embargo daría lugar a una situación en la cual el Kuomintang podría aprovecharse para desacreditarnos como los promotores de la guerra. Y la gran masa popular que están insatisfechas con el Kuomintang y esperan una próxima victoria del Ejército Popular de Liberación disminuiría.

Así que, si la URSS considera lo complejo de las relaciones internacionales asumirá, en su respuesta a la nota, la posición que nosotros estamos sugiriendo. Nuestro gran deseo es que usted apruebe nuestras propuestas. Si se va a dar este paso, nos sería de gran ayuda.

3. Si es posible permitir que los hombres del gobierno de Nanjing, incluidos los criminales de guerra, participen en la negociación de paz con nosotros, es cuestión en la cual deseamos reflexionar todavía. Actualmente estamos inclinados a asumir la siguiente posición: para que el pueblo chino pueda conseguir rápidamente una verdadera paz es necesario la rendición incondicional del gobierno de Nanjing.

Fue el gobierno de Nanjing el que inició la guerra, y de este modo han cometido grandes crimines. El pueblo no tiene más confianza en él. Para la más rápida finalización de la guerra y para la consecución de la paz, el gobierno de Nanjing debe trasferir el poder al pueblo. No tiene más justificación su permanencia en el poder.

Nosotros creemos que, si actualmente llevamos a cabo las negociaciones con Jian Jijun, Shaco Litsi y otros hombres de este tipo, y formáramos con ellos un gobierno de coalición, esto sería precisamente aquello que el gobierno actual desearía que sucediera. Pero esto provocaría gran desconcierto en el pueblo chino, en los partidos democráticos, en las organizaciones populares, en algunos sectores del EPL, e incluso en los militantes de base del Partido Comunista Chino, y dañaría seriamente nuestra posición, por la cual se nos considera la parte justa.

A partir de julio de 1947, teniendo en cuenta con gran prudencia y atención el carácter ilusorio de las conversaciones con el gobierno de EE.UU. y el Kuomintang, estuvimos obligados a contemplar la posibilidad de derrota militar en este último año, y el grado de influencia que esta ilusión podrá tener en el pueblo chino.

Estamos profundamente preocupados por la posibilidad de que este carácter ilusorio pudiera tener gran influencia sobre la población que nos obligue a realizar un cambio político, es decir a no rechazar la propuesta de conversaciones con el Kuomintang. En este caso, vamos a optar por la formación del gobierno de coalición. La razón principal es esta: asegurarnos de que los americanos y los hombres del Kuomintang pongan en la mesa sus mejores cartas, mientras nosotros descubriremos las nuestras en el último momento.

Recientemente hemos publicado una lista de criminales de guerra: 45 personas. Esto no fue hecho oficial (un artículo periodístico). El ELP no ha emitido todavía algún orden de arresto a estos criminales de guerra.

El 1º de enero, Chiang Kai-shek ha presentado su propuesta de paz. Hemos respondido extra-oficialmente (un artículo periodístico).

Recientemente, hemos dejado abiertos algunos puntos para posteriores cambios, al fin de verificar como el pueblo chino y la comunidad internacional reaccionarán a las engañosas conversaciones de paz del Kuomintang.

Actualmente estamos inclinados a rechazar justamente la engañosa propuesta de paz del Kuomintang, porque la balanza de fuerzas en China ahora ha cambiado radicalmente, además del hecho de que la comunidad internacional no es favorable al gobierno de Nanjing; el Ejército Popular de Liberación puede este año atravesar el Yangtzé y atacar Nanjing.

Claramente, no nos pueden pedir hacer una maniobra política semejante. En la actual situación, es peligrosa una maniobra semejante que puede ser más dañina que útil.

4. Les estamos agradecidos por haber pedido nuestra opinión en un problema tan importante. Si no están de acuerdo con la opinión que hemos expuesto, o si han cambiado de planes, les pedimos que nos la hagansaber.

12 de enero de 1949

Mao Tse-Tung.


nº4. Telegrama de J.V Stalin a Mao Tse-tung, 14 de enero

Compañero Mao Tse-tung,

He recibido su largo telegrama sobre la propuesta de paz de Nanjing.
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Poster de Stalin y Mao (1951). Amistad entre los
pueblos soviéticos y China.

1. Naturalmente, sería mejor si la propuesta de paz del gobierno de Nanjing no existiera, si todas las maniobras pacifistas de los Estados Unidos no existieran. Es claro que esta maniobra no es deseable, ya que puede perjudicar nuestra causa común. Lamentablemente, la maniobra es ahora un hecho, y no podemos pedir más: debemos tomarla en consideración.

2. Indudablemente,la paz propuesta por los hombres de Nanjing y de EE.UU.es una manifestación de la política de las ilusiones. En primer lugar, porque los hombres de Nanjing no quieren ninguna paz con el Partido Comunista, por cuanto la paz con el Partido Comunista significaría el rechazo de la política de aniquilación del Partido Comunista y de su ejército, y este rechazo conduciría a la muerte política de los dirigentes del Kuomintang y la completa desorganización de las tropas del Kuomintang. En segundo lugar, porque saben que el Partido Comunista no aceptará la paz con el Kuomintang, porque no puede abandonar su política fundamental de aniquilación del Kuomintang y de su ejército. 

¿Qué quieren, a fin de cuentas, los hombres de Nanjing? No quieren la paz con el Partido Comunista, pero si un armisticio, si un cese de hostilidades para obtener un respiro, poner en orden su ejército, recibir armas de los Estados Unidos de América, acumular fuerzas y luego romper el armisticio y atacar al Ejército Popular de Liberación después de haber acusado al Partido Comunista de romper las negociaciones de paz. Quieren, como mínimo, impedir al Partido Comunista destruir al ejército del Kuomintang.

Es esta la esencia de la actual política de engaño llevada a cabo por los hombres de Nanjing y de EE.UU.

3. ¿Cómo responder a estas maniobras de los hombres de Nanjing y de EEUU? Dos opciones son posibles. La primera es rechazar las propuestas de paz de los hombres de Nanjing y declarar abiertamente la necesidad de continuar la guerra civil. ¿Pero esto que significa? Significa, sobre todo, que ustedes desvelen su as en la manga, y pongan en las manos del Kuomintang un arma así de importante como la bandera de la paz. En segundo lugar, significa dar una ayuda a sus enemigos en China, y – de fuera de la China – presentando en modo desconsiderado al Partido Comunista como partidario de la guerra civil y que se considere al Kuomintang como defensor de la paz. En tercer lugar, significa dar a EE.UU. la posibilidad de manipular la opinión pública europea y americana acerca de llegar a la paz es imposible con el Partido Comunista porque ellos no quieren la paz, y que el único medio para obtener la paz en China consiste en organizar una intervención armada de las potencias similar a la intervención hecha a Rusia entre los años 1918 y1921.

Nosotros pensamos que una respuesta clara y neta es justa cuando existe gente honesta. Pero, si hay que hacer el juego del trilero con los hombres de Nanjing, una respuesta clara y neta puede ser peligrosa.

Es posible, todavía, una segunda respuesta. A) Reconocer que conseguir la paz en China es un objetivo deseable; B) Las negociaciones deben tener lugar entre los dos partidos sin la mediación de extranjeros, porque China es independiente y no se necesita para negociar la paz de intermediarios extranjeros; C) Las negociación deben tener lugar entre el Partido Comunista y el Kuomintang como partido, y no como gobierno que es el culpable de la guerra civil, y, por esta razón, ha perdido la confianza del pueblo; D) Después de que los dos partidos halla llegado a un acuerdo sobre el problema de la paz y de la dirección de la política China, las acciones militares deben cesar.

¿Puede el Kuomintang aceptar estas condiciones? Nosotros pensamos que no. Pero si el Kuomintang no las acepta, la gente entenderá que el culpable de la continuación de la guerra es el Kuomintang, no el Partido Comunista. En tal caso, la bandera de la paz continuara en manos del Partido Comunista. Esta circunstancia es particularmente importante, ya que en China ha aparecido una mayoría que está cansada de la guerra civil y desea apoyar los colores que defiendan la paz.

Suponemos que el Kuomintang acepte estas condiciones. ¿Cuáles deben ser los planes de acción del Partido Comunista?

Será necesario, en primer lugar, no interrumpir las acciones militares, crear los organismos del gobierno central de coalición con el objetivo de obtener puestos en el Consejo Consultivo y dos tercios en la plantilla del ministerio deben ser del Partido Comunista, mientras que el resto de puestos y de los ministerios serán distribuidos entre los otros partidos democráticos y el Kuomintang.

Es necesario, en segundo lugar, que los cargos de Primer Ministro, Comandante en jefe, y si es posible, Presidente sean de los comunistas.

Es importante, en tercer lugar, que el Consejo Consultivo declare que el gobierno de coalición creado es el gobierno de China y que cualquier otro gobierno que pretenda ostentar esa calidad será considerado rebelde, formado por un grupo de impostores que deben ser apresados.

Es necesario, en fin, que el gobierno de coalición ordene a las fuerzas armadas y a las fuerzas del Kuomintang prestar el juramento de fidelidad al gobierno de coalición, y que las acciones militares contra las tropas que han prestado juramente cesen inmediatamente, mientras la acciones militares continuaran contra las tropas que rechacen prestarlo.

Es esencial que el Kuomintang acepte estas órdenes. Pero si ellos no lo hicieran, será peor para ellos, porque al final se quedaran solos y estas órdenes serán adoptadas sin los miembros del Kuomintang.

4. Este es nuestro punto de vista sobre el problema, y estas son nuestras sugerencias. Es posible que, en el anterior telegrama no lo hayamos expresado claramente y en modo detallado. Nosotros pedimos que examinen nuestras sugerencias que, como tales, no están obligados a llevar a cabo, y que pueden acoger o rechazar. Pueden estar seguros de que no tener en cuenta nuestras sugerencias no influirá de ningún modo en nuestras relaciones, y que continuaremos siendo los mismos amigos de siempre.

En lo referente a nuestra propuesta de mediación que nos ha sido dirigida por los hombres de Nanjing, será redactada según sus deseos.

Seguimos insistiendo en la conveniencia de posponer su visita a Moscú, porque su presencia en China es absolutamente necesaria en este momento. Si quieren, podemos enviar inmediatamente un representante a su Oficina Política en Harbin o en cualquier otro lugar, para que esté atento a las negociaciones.

14 de Enero de 1949

Fillipov.


nº.5.Telegrama de Mao Tse-tung a J.V. Stalin, 14 de enero de 1949

Camarada Fillipov,

1. He recibido con gusto su telegrama suplementario del 11 de enero. En su orientación fundamental (no a las largas negociaciones con el Kuomintang, continuar la guerra revolucionaria hasta el final) estamos totalmente de acuerdo.

Hoy hemos publicado las ocho condiciones en base a las cuales nosotros aceptamos llevar a cabo las negociaciones de paz con el Kuomintang. Estas condiciones son para nosotros las indicadas para contrarrestar las cinco condiciones reaccionarias indicadas por Chiang Kai-shek en su propuesta de paz del 1º de enero.

Hace unos días los americanos han buscado sondear nuestra opinión, preguntándonos si estamos dispuestos a entablar negociaciones de paz con el Kuomintang sin la participación de los 43 criminales de guerra. Así que hay solo una condición mínima, es decir la participación de las conversaciones de paz sin los criminales de guerra, que es más que suficiente para hacer fracasar el plan de negociación de paz urdido por el Kuomintang.

2. […]4

3. Después de publicar las propuestas de paz del Kuomintang, las zonas bajo su control han estado bajo gran agitación: la gente pide en modo masivo la paz y señala que las condiciones de paz indicadas por el Kuomintang son extremadamente rígidas.

Los organismos de propaganda del Kuomintang están buscando explicar el porqué es necesario para el Kuomintang defender su estatus jurídico y conservar el ejército. Somos del parecer de que el caos en el Kuomintang va ir en aumento.

14 de enero de 1949

Mao Tse-tung.


 nº.6. Telegrama de J.V. Stalin a Mao Tse-tung

Camarada Mao Tse-tung,

Nada más recibir su último telegrama hemos considerado que está claro que se ha alcanzado entre nosotros el acuerdo sobre el problema de la propuesta de paz de los hombres de Nanjing, y que el Partido Comunista Chino ya ha dado inicio a la campaña de “paz”.

La cuestión puede, por tanto, considerarse resuelta. 15 de enero de 1949.

Fillipov.


nº7. Respuesta del gobierno soviético al memorando del gobierno de Nanjing (“Izvestia”, 18 de enero de 1949).

El 18 de enero el Ministerio de Exteriores envío a la embajada de la URSS en China un memorando que contiene la propuesta al gobierno soviético de actuar como intermediario en las negociaciones de paz entre el gobierno chino y el Partido Comunista Chino. La embajada soviética fue informada de que el gobierno chino había dirigido una análoga propuesta a los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra y Francia.

El 17 de enero, el Viceministro del Exterior de la URSS, compañero A.Y. Vishinsky, recibió al embajador chino en la URSS, señor Fu Bin Chang, y le entregó la respuesta del gobierno soviético en la cual se observa que este se adhiere, como es su costumbre, al principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países, y no considera oportuno asumir la mediación de la que habla el memorando.

En la respuesta del gobierno soviético se observa que el restablecimiento de la integridad China como país democrático y amante de la paz es cuestión que atañe esencialmente al pueblo chino, y que esta integridad puede ser alcanzada con mayor probabilidad a través de negociaciones directas bilaterales entre las fuerzas internas, sin interferencias externas.

(“Relaciones chino-soviéticas de 1911-1957, Recopilación de documentos, Moscú 1959, p. 200.)


Notas:


1.  En esta correspondencia, por motivos de seguridad, Stalin usó el pseudónimo de Fillipov.
2.  En las memorias del diplomático y escritor chino Shi Zhesea firma erróneamente:“En diciembre de 1948 la parte soviética nos envió una carta en la cual se decía que el gobierno soviético había recibido una carta del gobierno del Kuomintang. Ellos pedían al gobierno soviético solucionar la disputa entre el KMT y el PCCh, de poner fin a la guerra civil…El gobierno soviético nos entregó el original (el texto ruso) de la carta sin ningún comentario” (Recuerdos de Shi Zhe, en “Zheniu”, 1988, n. 5. La traducción rusa es publicada en “Problems of the Far East”, 1989, n. 1, pp. 139-48; la citación está en la p.141).
3.  Jian Jijun y Shao Litsi fueron autorizados en 1946 por el gobierno de Nanjing a conducir las conversaciones con los representantes del PCCh. Pero estas conversaciones, que tuvieron lugar con la mediación del general Marshall, fueron rotas por Chiang Kai-shek.
4.  En este párrafo fueron debatidas las ulteriores operaciones entre la estación de radio del PCCh y Moscú, así que el párrafo está omitido.



lunes, 8 de enero de 2018

Algunas consideraciones sobre el procés catalán

La Red de Blogs Comunistas (RBC) estima conveniente señalar algunas consideraciones sobre el procés catalán y, en último término, sobre el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos.

Al igual que José Díaz, cuando abogaba, en su discurso en el Monumental Cinema de Madrid, por la creación de una “Concentración Popular Antifascista” sobre la base de cuatro puntos concretos, la RBC defiende asimismo la “liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo español. Que se conceda el derecho de regir libremente sus destinos a Catalunya, a Euskadi, a Galicia y a cuantas nacionalidades estén oprimidas por el imperialismo de España”.

José Díaz, Secretario General del PCE en los años en que el Partido era vanguardia marxista-leninista del proletariado español –seguidor fiel, por tanto, de Lenin y Stalin–, aplicaba la doctrina y principios de lo que Lenin llamaba “la doble tarea del proletariado en cuanto al derecho de autodeterminación[1]. Sobre esta base, la RBC subraya los siguientes puntos sobre el denominado procés catalán, último eslabón, por el momento, de la lucha histórica del pueblo catalán por su liberación del imperialismo español:

1.- En primer lugar, el independentismo catalán no es sólo un movimiento burgués como muchos chovinistas de izquierdas señalan. De su carácter multiclasista, reflejado en un enorme apoyo social, destaca un evidente componente emancipador, popular y obrero, cuya ocultación interesada persigue, sobre todo, desligar el actual movimiento catalán de la lucha de los trabajadores del resto del Estado.

2.- Los comunistas, en consecuencia, no se han de limitar a apoyarlo o criticarlo, sino que, como en todo movimiento popular o revolucionario, han de participar activamente en él, dirigiendo a las masas, especialmente el proletariado, y convirtiéndose en su vanguardia.

3.- La herida abierta en Cataluña no se va a cerrar ya con simples parches legales o presupuestarios. En el contexto de lucha política en Cataluña, a la que, es de esperar, se vayan sumando otras naciones del Estado español y los más diversos sectores populares, los comunistas no deben contribuir en absoluto a que el régimen monárquico pueda adueñarse de la situación y sofocarla. Para los comunistas la principal tarea de este día, teórica y práctica, pasa por la transformación del problema catalán del régimen borbónico en el problema del régimen borbónico en el Estado español en su conjunto.

4.- Como escribiera Federico Engels, cuando, al referirse al problema de Alsacia y Lorena, afirmaba que tal problema no existiría si Francia y Alemania fueran Estados socialistas, sólo el final del capitalismo y la construcción de Estados libres de explotación pueden resolver la cuestión nacional catalana[2]. En última instancia, en la liquidación del régimen del 78, es decir, el sistema socio-político y económico que “ató y bien ató” el franquismo se encuentra la única posibilidad de superación de la “España una, grande y libre” que aherroja a las naciones y clases populares del Estado.

5.- El objetivo, pues, es acabar con la propiedad privada y sustituirla por la socialización de los medios de producción, es decir, finiquitar el capitalismo, terminar con la barbarie que este sistema representa para los trabajadores, los pueblos y la humanidad en su conjunto. La tarea de los comunistas es apoyar sin ambages todo avance, por pequeño que sea, hacia el socialismo. En este sentido concreto, el paso de la monarquía del 78 a la III República, con el profundo significado que tiene esta palabra en España, constituye un paso adelante que hay que ayudar a dar, por muy burguesa que finalmente sea ésta. ¡No olvidemos nunca las famosas palabras de Stalin en sus Fundamentos del Leninismo acerca de la cuestión nacional y su relación con la lucha contra el imperialismo![3]

6.- Siguiendo a Lenin, se trata de luchar, en primer lugar, por la unidad de clase: ¡Todos los trabajadores, independientemente de nuestra nacionalidad, somos hermanos de clase! ¡Todos los trabajadores tenemos el mismo enemigo común, que es la burguesía de cada una de nuestras naciones! Lo cual no excluye, en modo alguno, ni la pertenencia de cada trabajador a una nación o a un pueblo concretos ni su identificación con una cultura determinada, que, como tales, jamás pueden ser enemigos de la clase obrera de ningún otro Estado. En la situación concreta de Cataluña, el único enemigo de la clase obrera española es el chovinismo gran español, heredero de los fascistas del 36. La única patria de la burguesía española, de la clase parasitaria de la monarquía borbónica, es su bolsillo.

7.- Finalmente, la RBC debe hacer mención al lamentable papel de Podemos, cuya ambigüedad demuestra, una vez más, que su principal objetivo y razón de ser es la desmovilización de la protesta popular y la desarticulación de la organización obrera. En lugar de ponerse del lado de las fuerzas republicanas en Cataluña, en lugar de articular en todo el Estado un frente político democrático y progresivo contra el 78, en lugar de sacar a las calles a las masas republicanas de todo el Estado, Podemos, se ha situado, en el menos malo de los casos, en la equidistancia, es decir, del lado pasivamente de la monarquía y del chovinismo gran español; ha optado por asumir el statu quo en vez de ponerse de lado de las aspiraciones progresivas y democráticas no sólo de los catalanes, sino de la clase obrera de todo el Estado español; ha renunciado a la construcción de una España distinta de la actual; es su actitud acomodaticia y servilona, y no la legítima lucha del pueblo catalán, la que ha permitido que rebrote el fascismo y el chovinismo por las calles de España.

El camarada galés, Nicholas Glais, del blog Democracy and Class Struggle, miembro de la RBC, se ha expresado correctamente en los siguientes términos respecto a quienes dan cobertura al chovinismo español “por la izquierda”: “Es hora de declarar la guerra a esos izquierdistas que no ven la autodeterminación nacional como parte de la lucha de clases por la democracia y el socialismo”.

ANEXO

Como respuesta a los chovinistas de izquierdas y a quienes se autocalifican de “neutrales” o “equidistantes” bajo la falsa excusa de considerar la cuestión catalana una simple lucha entre la burguesía española y catalana, la RBC os ofrece un texto de Stalin sobre la concesión de la independencia a Finlandia por parte de la URSS.

Sobre la independencia de Finlandia
Informe en la reunión del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia del 22 de diciembre de 1917.
(Referencia de prensa)

Hace unos días, los representantes de Finlandia se han dirigido a nosotros reivindicando el reconocimiento inmediato de la plena independencia de Finlandia y la ratificación del hecho de su separación de Rusia. En respuesta, el Consejo de Comisarios del Pueblo ha resuelto acceder a ello y promulgar un decreto relativo a la plena independencia de Finlandia, decreto que ha sido publicado ya en los periódicos.

He aquí el texto de la decisión del Consejo de Comisarios del Pueblo:

“En respuesta al mensaje del gobierno finlandés reivindicando el reconocimiento de la independencia de la República Finlandesa, el Consejo de Comisarios del Pueblo, de pleno acuerdo con los principios del derecho de las naciones a la autodeterminación, dispone: proponer al Comité Ejecutivo Central: a) el reconocimiento de la República Finlandesa como Estado independiente y b) la organización, de acuerdo con el gobierno finlandés, de una comisión especial (con representantes de ambas partes) para establecer las medidas prácticas dimanantes de la separación de Finlandia de Rusia.

Como es lógico, el Consejo de Comisarios del Pueblo no podía proceder de otro modo, ya que si un pueblo, en la persona de sus representantes, reivindica el reconocimiento de su independencia, el gobierno proletario, basándose en el principio de la concesión del derecho de autodeterminación a los pueblos, debe acceder a ello.

La prensa burguesa dice que hemos conducido al país a la desintegración completa, que hemos perdido varios países, entre ellos Finlandia. Pero, camaradas, no podíamos perderla, ya que, de hecho, jamás fue propiedad nuestra. Si hubiéramos retenido por la fuerza a Finlandia, ello no significaría en modo alguno que la habíamos adquirido.

Sabemos perfectamente cómo William “adquiere” por la fuerza y la arbitrariedad Estados enteros y qué terreno surge merced a ello para las relaciones entre el pueblo y sus opresores.

Los principios de la socialdemocracia, sus consignas y aspiraciones residen en la creación de la anhelada atmósfera de confianza entre los pueblos, y sólo sobre ese terreno es realizable la consigna de “¡Proletarios de todos los países, uníos!”). Todo esto es viejo y del dominio público.

Si examinamos más detenidamente la concesión de la independencia a Finlandia, veremos que, de hecho, el Consejo de Comisarios del Pueblo ha otorgado la libertad, contrariamente a su deseo, no al pueblo, no a los representantes del proletariado de Finlandia, sino a la burguesía finlandesa, que, por un extraño conjunto de circunstancias, se ha adueñado del Poder y ha recibido la independencia de manos de los socialistas de Rusia. Los obreros y los socialdemócratas finlandeses se han visto en una situación, en la que han debido aceptar la libertad, no directamente de manos de los socialistas de Rusia, sino con ayuda de la burguesía finlandesa. Como esto significa una tragedia para el proletariado finlandés, no podemos dejar de señalar que los socialdemócratas finlandeses, debido únicamente a su indecisión e incomprensible cobardía, no han tomado medidas resueltas para adueñarse ellos mismos del Poder y arrancar de manos de la burguesía finlandesa su independencia.

Se puede censurar al Consejo de Comisarios del Pueblo, se le puede criticar, pero no hay nadie capaz de afirmar que deja sin cumplir sus promesas, pues no hay fuerza que pueda obligarle a retractarse de ellas. Lo hemos demostrado al acoger con absoluta imparcialidad las exigencias de la burguesía finlandesa reclamando la independencia de Finlandia y al promulgar en el acto el decreto de independencia de Finlandia. Que la independencia de Finlandia facilite la liberación de los obreros y campesinos finlandeses y cree una sólida base para la amistad de nuestros pueblos.

Publicado el 23 de diciembre de 1917 en el núm. 222 de “Pravda”. ”



[1] “Semejante estado de cosas plantea al proletariado de Rusia una tarea doble, o mejor dicho, bilateral: luchar contra todo nacionalismo y, en primer término, contra el nacionalismo ruso; reconocer no sólo la completa igualdad de derechos de todas las naciones en general, sino también la igualdad de derechos respecto a la edificación estatal, es decir, el derecho de las naciones a la autodeterminación, a la separación; y, al mismo tiempo y precisamente en interés del éxito en la lucha contra toda clase de nacionalismos de todas las naciones, propugnar la unidad de la lucha proletaria y de las organizaciones proletarias, su más íntima fusión en una comunidad internacional, a despecho de las tendencias burguesas al aislamiento nacional. Completa igualdad de derechos de las naciones; derecho de autodeterminación de las naciones; fusión de los obreros de todas las naciones; tal es el programa nacional que enseña a los obreros el marxismo, que enseña la experiencia del mundo entero y la experiencia de Rusia”.

[2] “No podríamos tomar ni conservar el poder sin resarcir por los crímenes cometidos por nuestros predecesores para con otras nacionalidades, y por ello sin: 1) facilitar la reconstitución de Polonia, y 2) poner a la población del norte de Schleswig y a la de Alsacia-Lorena en situación de decidir libremente a quién ha de pertenecer. Entre una Francia socialista y una Alemania socialista no existiría el problema de Alsacia-Lorena” (Friedrich Engels; Carta a A. Bebel, 24 de octubre de 1891).
[3] “El carácter indudablemente revolucionario de la inmensa mayoría de los movimientos nacionales es algo tan relativo y peculiar, como lo es el carácter posiblemente reaccionario de algunos movimientos nacionales concretos. El carácter revolucionario del movimiento nacional, en las condiciones de la opresión imperialista, no presupone forzosamente, ni mucho menos, la existencia de elementos proletarios en el movimiento, la existencia de un programa revolucionario o republicano del movimiento, la existencia en éste de una base democrática. La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo descompone, lo socava. En cambio, la lucha de demócratas y “socialistas”, de “revolucionarios” y republicanos tan “radicales” como Kerenski y Tsereteli, Renaudel y Scheidemann, Chernov y Dan, Henderson y Clynes durante la guerra imperialista era una lucha reaccionaria, porque el resultado que se obtuvo con ello fue pintar de color de rosa, fortalecer y dar la victoria al imperialismo”.